LO QUE DICE UNA MARIONETA DE TRAPO
Si
por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me
regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero, en
definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino
por lo que significan.
Dormiría poco y soñaría más, entiendo que por cada
minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, despertaría
cuando los demás duermen, escucharía mientras los demás hablan y cómo disfrutaría
de un buen helado de chocolate...
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría
sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando al descubierto, no solamente mi
cuerpo, sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón...
Escribiría mi odio sobre el hielo y esperaría a que
saliera el sol.
Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas
un poema de Benedetti y una canción de Serrat sería la serenata que le
ofrecería a la luna.
Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el
dolor de sus espinas y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...
No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente
que quiero, que la quiero.
Convencería a cada mujer de que ella es mi favorita
y viviría enamorado del amor. A los hombres les probaría cuán equivocados están
al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen
cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas, pero dejaría que él solo
aprendiese a volar.
A los viejos, a mis viejos les enseñaría que la
muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de
ustedes los hombres...
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la
cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de
subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con
su pequeño puño por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado para
siempre.
He aprendido que un hombre únicamente tiene derecho
de mirar a otro hombre hacia abajo, cuando ha de ayudarlo a levantarse.
Son tantas cosas las que
he podido aprender de ustedes, pero finalmente de mucho no habrán de servir,
porque cuando me guarden dentro de esta maleta, infelizmente me estaré
muriendo...”
Gabriel García Márquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario