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miércoles, 20 de febrero de 2013

SONETO AL CRISTO CRUCIFICADO




No me mueve, Señor, para quererte,
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido,
para dejar por eso de ofenderte.

Muéveme tú, mi Dios, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver el cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme en fin tu amor en tal manera,
que si no hubiera cielo yo te amara,
y si no hubiera infierno te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
porque si cuanto espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera. 



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