sábado, 6 de febrero de 2016

DIOS PRUEBA A LOS SUYOS


    "Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia". Santiago 1:3

     Dios te está probando en este momento, pero no es para tu mal sino para tu bien. Espera un poco.  No te impacientes.  Toda prueba, por dura que sea, tiene su fin.  Te sentirás luego más fortalecido y la presencia de Dios se te hará más real y más significativa. Si sabes soportar la prueba en verdadero espíritu cristiano queremos asegurarte que mañana serás otra persona muy distinta a la que eres hoy.  Las pruebas no vienen en vano.  Dios no obra caprichosamente.  Él tiene un propósito para con cada uno de sus hijos.  A veces nos conduce por un sendero sembrado de flores, en otras por uno cuajado de espinas.

     Un cristiano, por oficio herrero, pasaba por una gran prueba.  Alguien que lo observaba, se le acercó y le dijo: 
- Yo creía que los cristianos no eran probados, pero ahora veo que no es así.  ¿Me quiere usted decir por qué Dios le prueba? 
- El herrero le dijo: - ¿Ve usted estas piezas de acero? Necesito hacer con ellas unos muelles.  Pero antes es necesario que el acero sea templado.  Para esto lo pongo al rojo en la fragua, después lo enfríe en el agua.  Luego lo golpeó duramente en el yunque y si aún no ha adquirido el temple que quiero, vuelvo a repetir la misma operación.   Hay veces que el acero me resulta demasiado quebradizo y no lo puedo usar.  En ese caso lo lanzó al desperdicio-. 
Hizo una pausa para que su interlocutor confirmara lo que el herrero le decía y luego continuaba: 
-Dios nos necesita para algo en la vida.   Somos como el acero y antes de que nos use Él nos da el temple por medio de las pruebas.  
Lo penoso sería que no resistimos la prueba y nos lance al desperdicio.  Por eso mi oración es: -Señor, pruébanos como Tú quieras y dame la fortaleza para resistir, pero no me arrojes al montón de lo inservible. -

     Tras el oscuro nubarrón aparece la claridad de un sol resplandeciente.  Asimismo, tras esta prueba que ahora te aflige vendrán las muchas bendiciones que Dios tiene reservadas para ti. No seas de los que se rinden a la primera acometida de la prueba. Toma la mano del Señor,  agárrate fuertemente de ella y muy pronto verás cómo todo habrá pasado y que no habrá sido para tu mal sino para tu bien.

Oración: Señor, Tú pruebas a tus hijos.  Así lo dispones en tus planes para con cada uno de los tuyos. Pruébanos hasta donde Tú quieras. Sabemos que la prueba no será más de lo que no es dable soportar y que tu gracia no nos abandonará un solo instante. En tus manos estamos,  Señor.   Amén.

Pensamiento: Mientras más se acrecienta nuestra prueba más se fortalece nuestra vida cristiana.

TOMADO DE: LUCES ENCENDIDAS 1998 / MIGUEL LIMARDO




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