EL MARTIRIO DE POTIN
2 Timoteo 2:12
Potín era un anciano de una iglesia y hombre de edad muy avanzada.
Los enemigos se apoderaron de él cuando dirigía la iglesia de Liján en calidad de obispo o pastor. Tenía más de ochenta años y se encontraba enfermo; como apenas podía sostenerse y respirar a causa de sus enfermedades, aunque la proximidad del martirio le daba nuevas fuerzas, se vieron obligados a llevarlo al tribunal. La enfermedad y la edad ya habían desecho su cuerpo; pero su alma quedaba erguida para servir al triunfo de Jesucristo. Mientras los soldados lo conducían, era seguido por otros soldados de la ciudad y de todo el pueblo que daba voces contra el, como si hubiera sido el mismo Cristo.
Pero nada pudo abatir al anciano, ni impedirle confesar lealmente su fe.
Interrogado por el gobernador acerca de quién era el Dios de los cristianos, le contestó que si fuera digno, lo conocería.
En seguida fue bárbaramente golpeado sin que tuvieran ninguna consideración a su avanzada edad.
Los que estaba cerca lo herían a puñetazos y a puntapiés; los que estaba lejos le triaban la primera cosa que hallaban.
Todos se habrían creído culpables de un gran crimen, si aquella crueldad no hubiera tenido por objeto vengar el honor de los dioses.
Apenas respiraba cuando fue llevado a la prisión, donde entregó su alma dos
días después.
La Marcha del Cristianismo.
“No te dé temor sufrir por Cristo,
los reproches o el dolor;
sufre con amor tus pruebas todas
cual sufrió tu Salvador.
No te dé temor morir por Cristo,
vía, verdad y vida es él
Él te llevará con su ternura
a su célico vergel.”
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