Aunque “termostato” y termómetros”
son parecidos en su pronunciación, hay un mundo de diferencia entre ellos.
Un termómetro le indica la temperatura, ya sea
que haga frío o calor, pero no hace nada en cuanto a la situación que
mide. Muchas personas son como los
termómetros. Fácilmente dicen: “La
iglesia es hostil, la ciudad es poco acogedora y la nación es pecadora”. Describen la atmósfera de una persona, un
lugar o una institución como “fría” o “caliente”. Pero hacen poco para cambiar la situación.
Afortunadamente otras personas son como los
termostatos. Cuando un
termostato percibe que una habitación está fría, con rapidez y en silencio
arranca la maquinaria necesaria para llevar la habitación fría hacia una
temperatura agradable. Si una habitación
está caliente, el termostato da una indicación al sistema que enfría la misma.
Si a usted no le agrada una situación que está
enfrentando hoy, ya sea en su casa, trabajo, comunidad o en su iglesia, decida
ser un termostato en lugar de un simple termómetro. Hago algo diferente que pueda “impulsar las
cosas” o “enfriarlas” para la comodidad de todos.
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