miércoles, 10 de febrero de 2016

EL PERDÓN


Una y otra vez nuestra naturaleza humana
quiere "darle una lección a la gente"
o hacerle más daño del que ya nos hicieron.
Vemos la venganza como una vía
de desquite o restauración. 
Sin embargo, nunca da resultado.

La solución que Jesús ofrece es radical.
No considera la venganza
y mucho menos la restitución. 
Con toda sencillez sugiere
que seamos los amortiguadores de este mundo.

Recibir un golpe y negarnos a devolverlo
es un acto que requiere una generosidad extraordinaria.
Para la mayoría de las personas
no viene de forma natural.
Somos muy duros y resistentes
para ser capaz de absorber el efecto
de una herida antes de pasársela al prójimo.
Debemos ser personas más comedidas, amables,
amorosas, recibiendo un golpe,
pero incapaces por la naturaleza
de nuestras vidas
de transmitir su fuerza.

El amor y el perdón son
las vocaciones especiales del cristiano 
y, cuando los practicamos,
podemos encontrar la cura
de nuestras heridas
y ofrecer un bálsamo
para la sanidad de otros.

Marcia Hollis


También le recomendamos la lectura: Un regalo llamado perdón

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