Mostrando entradas con la etiqueta perdonar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta perdonar. Mostrar todas las entradas

miércoles, 10 de febrero de 2016

EL PERDÓN


Una y otra vez nuestra naturaleza humana
quiere "darle una lección a la gente"
o hacerle más daño del que ya nos hicieron.
Vemos la venganza como una vía
de desquite o restauración. 
Sin embargo, nunca da resultado.

La solución que Jesús ofrece es radical.
No considera la venganza
y mucho menos la restitución. 
Con toda sencillez sugiere
que seamos los amortiguadores de este mundo.

Recibir un golpe y negarnos a devolverlo
es un acto que requiere una generosidad extraordinaria.
Para la mayoría de las personas
no viene de forma natural.
Somos muy duros y resistentes
para ser capaz de absorber el efecto
de una herida antes de pasársela al prójimo.
Debemos ser personas más comedidas, amables,
amorosas, recibiendo un golpe,
pero incapaces por la naturaleza
de nuestras vidas
de transmitir su fuerza.

El amor y el perdón son
las vocaciones especiales del cristiano 
y, cuando los practicamos,
podemos encontrar la cura
de nuestras heridas
y ofrecer un bálsamo
para la sanidad de otros.

Marcia Hollis


También le recomendamos la lectura: Un regalo llamado perdón

martes, 9 de septiembre de 2014

UN REGALO LLAMADO PERDÓN

Cuenta una historia, que dos amigos iban caminando por el desierto. En algún punto del viaje comenzaron a discutir, uno de ellos le dio una bofetada al otro. Lastimado, pero sin decir nada, escribió en la arena: Mi mejor amigo me dio hoy una bofetada. Siguieron caminando hasta que encontraron un oasis, donde decidieron bañarse. El amigo que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, pero su amigo lo salvó. Después de recuperarse, escribió en una piedra: Mi mejor amigo hoy salvó mi vida.

El amigo que había abofeteado y salvado a su mejor amigo preguntó: 
-Cuando te lastimé escribiste en la arena y ahora lo haces en una piedra. ¿Por qué?
El otro amigo le respondió:
-Cuando alguien nos lastima debemos escribirlo en la arena donde los vientos del perdón puedan borrarlo. Pero cuando alguien hace algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en una piedra, donde ningún viento pueda borrarlo.

Todos estamos conscientes que perdonar no es una tarea sencilla, pero si Dios cada día perdona nuestros pecados y faltas ¿Por qué nosotros no seguimos su ejemplo? ¿Por qué nos cuesta tanto perdonar de corazón a los que nos ofenden? Es momento de dejar a un lado el resentimiento, la amargura y todos aquellos sentimientos que nos impiden ser felices y permitir que Dios obre en nuestras vidas con completa libertad, sin que exista nada que interfiera con el propósito que Él tiene con nuestras vidas, de modo que cuando tengamos que perdonar, Dios también nos de la capacidad de olvidar. Una prueba clara de ello será, que cuando recordemos ese incidente, ya no nos causará dolor ni tampoco sentiremos rencor por la persona que lo cometió, pero eso no lo lograremos en nuestras propias fuerzas sino con el poder de Dios.

El perdón no es algo que se entrega a los demás, sino un regalo vital para nosotros mismos.

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os odian y orad por los que os ultrajan y os persiguen. Mateo 5:44

AddThis Smart Layers